América Latina y Europa. Espacios compartidos en el teatro contemporáneo
por Cristina Quiroga
Los editores de “América Latina y Europa. Espacios compartidos en el teatro contemporáneo”, publicado en 2015 por la Editorial Losada en Madrid, Beatriz Aracil, José Luis Ferris y Mónica Ruiz, reúnen en dicho volumen a dramaturgos, investigadores, historiadores y teóricos latinoamericanos y europeos especialistas en teatro, para re-dinamizar las relaciones de las poéticas y las producciones teatrales regionales entre Europa y Latinoamérica en la actualidad.
En la presente edición, la pluralidad y diversidad de enfoques y análisis de las poéticas teatrales están organizados en tres partes: Parte I: En Un pasado común: Pervivencias y (re) interpretaciones del período colonial, se abren reflexiones críticas sobre la relación teatral entre América Latina y Europa con prestigiosos investigadores de la Universitat Rovira i Virgili, Terragona; Alicante, Valencia, la Miguel Hernández de Elche, Bologna, Milán y un investigador independiente. Abordan la teatralidad popular y ontogénesis de la ceremonia procesional religiosa, una tradición hispana tardo-medieval que llega a México, Argentina, Brasil, África y Asia en el siglo XVI y, en la actualidad, se representan en Valencia y Portugal. El nuevo enfoque histórico del período de la colonización de los españoles, centraliza en Cortés el heroísmo guerrero, sin embargo, los autores demuestran que, posteriormente, la identidad cambia de eje en la dramaturgia mexicana contemporánea (Magaña y Usigli) en los espacios trágicos de las figuras de Moctezuma y Cuauhtémoc. Los investigadores aportan relecturas de lo histórico, político e ideológico de la tradición cultural latinoamericana, analizando otras figuras históricas y míticas del imaginario colectivo mexicano, como la Malinche, Bartolomé de las Casas y Sor Juana Inés de la Cruz. Son puntos de inflexión en las numerosas estéticas teatrales posteriores a los hechos reales acaecidos en tiempos lejanos e inmediatos, cuyo objetivo es revisarlas para reactivar el debate sobre su vinculación con el presente en los textos dramáticos y en las representaciones escénicas. Parte II: Realidades compartidas a lo largo del siglo XX. Exilios, Migraciones, Dictaduras. En el siglo XX, Latinoamérica recibe la oleada del exilio de teatristas, novelistas y cineastas españoles provocado por la Guerra Civil Española (1936). Como consecuencia, se traza un puente trasatlántico que cruza el teatro peninsular trayendo sus producciones teatrales a América, una unión que finalizará en México con los nacionalismos español y el nacionalismo pos revolucionario mexicano. Los autores aportan un registro completo de dramaturgos y puestas en escena con la fórmula del teatro experimental y vanguardista y con actores jóvenes, Usigli y Buero Vallejo intentan que el público comprenda el presente histórico de su país, desde la perspectiva metafórica y la objetividad histórica. Los autores desarrollan el estudio de casos y los avatares vividos en la vida política del siglo XX por los artistas argentinos, en los proyectos colectivos como “Teatro Abierto”, que las corrientes migratorias de estudiosos entrecruzarán para preservar la memoria del devenir trágico de los países latinoamericanos bajo el régimen dictatorial. En sus análisis, los investigadores desarrollan una traslación referencial y un distanciamiento temporal necesario para agitar en los espectadores la memoria del pasado y sus componentes ontológicos actuales sobre los derechos humanos y la justicia de los muertos y desaparecidos. En la Parte III: Viejas influencias, Nuevos paradigmas, los primeros estudios teóricos se centralizan en las transferencias o transmisiones histórico-culturales entre Europa y América. La transmisión y la transtextualización de poéticas en el caso del teatro mexicano, hacen posible el enriquecimiento para el analista y el estudiado. Las nuevas influencias y propuestas del teatro latinoamericano, y en consecuencia, del teatro europeo en nuestro continente durante los conflictivos comienzos del siglo XXI, enriquecen y otorgan mayor visibilidad, universalidad y valor a nuestras dramaturgias locales y nacionales en Europa, destacando como nuevos paradigmas, las producciones de los jóvenes teatristas. En el “Falso epílogo”, Jorge Dubatti (investigador, docente y crítico teatral argentino), propone el concepto de “el teatro de los muertos”, a partir de los estudios sobre el teatro de Postdictadura, desde 1983 hasta el presente. Amplía el concepto para advertir que no es privativo de la Postdictadura ni de Argentina, sino universal y de todos los tiempos. Desarrolla otros conceptos teóricos, filosóficos y epistemológicos como el teatro perdido, el duelo teatrológico, la memoria del teatro, el trabajo del actor, la imposibilidad de capturar el acontecimiento teatral y la necesidad de preservar la memoria en los escenarios y en los centros de documentación. En las ajustadas referencias bibliográficas de investigadores latinoamericanos que trabajan estas problemáticas y en las citas de las obras ejemplares de dramaturgos argentinos completa los ítems desarrollados en sus tesis teóricas, a partir de su intensa praxis espectatorial en la escena argentina y latinoamericana. Juan Villegas (investigador de la University of California) cierra esta publicación con su hipótesis básica de trabajo, planteándose qué teorías y para qué teatro investigar. Para el autor, en las últimas décadas hay una variedad de tendencias teóricas y estratégicas prácticas para la interpretación del teatro que están en los espacios culturales en constante flujo de transformaciones, deslazamientos, sustituciones e interrelaciones. Se propone analizar las teorías como discursos situados, es decir, como prácticas cambiantes, historizadas e historizables, donde el núcleo está integrado por el emisor – como mediatizador del discurso – el receptor y los códigos del sistema cultural comunicacional. Analiza, además, los desplazamientos y sustituciones de las propuestas teóricas ligados a los intereses de los discursos críticos dominantes. Destaca el rol del investigador, quien, desde la óptica europea, no debe desestimar la valides de las culturas latinoamericanas en la selección de las prácticas escénicas de la historia del teatro universal. Destaca, finalmente, la importancia de los estudios visuales, de la teatralidad y de las performance en las investigaciones de las producciones de las culturas no hegemónicas y en los estudios académicos del teatro latinoamericano.
Texto reseñado: América Latina y Europa. Espacios compartidos en el teatro contemporáneo. 2015, Beatriz Aracil, José Luis Ferris y Mónica Ruiz (eds.), Biblioteca Filológica Hispana (164), Visor Libros, Madrid.