10 preguntas a 1 teatrista: MATEO se asoma al mundo de Sebas Fanello
Responde nuestro cuestionario Sebastián Fanello, quien nació en Neuquén y ha desarrollado un extenso quehacer teatral en la Patagonia tanto como actor, director, dramaturgo, docente y realizador audiovisual.
1. ¿Qué proyectos teatrales estás desarrollando actualmente?
¡Uf! Varios, desde distintos roles. En principio estamos instalando en Neuquén, junto a Fabrizio Ávila, ciclos de sketches llamados ‘Subdesarroshow’ desprendidos de intensivos teatrales donde se meten actrices y actores de todas las calañas. Ya vamos por el 4to, con mucha respuesta del público. En breve reponemos ‘Oportuna ocasión para cruzar el borde’ la opera prima de Julieta Cabanes que tuve el placer de dirigir. Como actor, vuelven las funciones de ‘Fedra. Mirar la sombra’ versión aggiornada de la tragedia de Séneca, escrita y dirigida por Luis Sarlinga. Contaminada con mi asistencia de dirección, se están dando funciones de ‘No quiero morir desnudo’ obra en la que trabajamos con Cesar Brie dirigiendo al legendario elenco ‘Atacados por el arte’. Por si fuese poco escribiendo lo que serán las nuevas obras de mi elenco ‘Goodbye Stanislavsky’: ya puedo adelantar la segunda parte de ‘Al pie de la teta’; otra que aún no tiene nombre pero me la estoy escribiendo para actuarla junto a Fabrizio Ávila y ‘Dineral 2’, diez capítulos más de la saga delirante que se me ocurrió estrenar el año pasado. Sigo dictando clases de dramaturgia en la carrera de Arte Dramático en el IUPA y dirigiendo al Elenco ESBA, el elenco de la Escuela Superior de Bellas Artes de Neuquén, con quienes ya estrenamos ‘Matriovska’ y ahora estamos ensayando ‘El combate de los pozos’ de Andrea Garrote para estrenar en octubre.
2. ¿Qué mirada tenés del público que asiste a tus producciones? ¿Pensás en el público cuando hacés teatro?
No, jamás pienso en el público de un modo consciente. Se acercan especialistas a mí y me dicen: -¡bueno pero de alguna manera tu teatro apunta a un tipo de público! Me lo dicen cómo si mi teatro fuese excluyente. Yo hago un teatro para jóvenes y adultxs y la verdad que lo han visto hasta niñxs que logran sortear el filtro de la taquilla que les prohíbe la entrada y terminan más entusiasmados que con el teatro infantil. Algo de mi poética ha ido expeliendo espectadores que ¡oh casualidad! en su mayoría son ‘artistas’ alineados a modos conservadores de ver el mundo y hacer su ‘arte’. Más que a un público, reconozco que apunto siempre a un modo de expectación poco pasiva, incómoda y a veces antipática. Se dan fenómenos muy interesantes en el público, por ejemplo: algunas de mis obras han ofendido a progres activistas ortodoxos de izquierda al mismo tiempo que ofenden a fachos recalcitrante de derecha. Pocas veces o casi nada, cuando estoy dirigiendo sobre todo, descomplejizo algunas narraciones, ya sean del orden del texto o del montaje, para que tengan un nivel más sencillo de captación por el público, pero no me como ese viaje de las obras legibles y sencillas o del público llenando las salas. Masiva y popular es la tele, a mí me gusta defender el teatro clandestino y reducido. Así y todo, mis obras se llenan y queda gente afuera. Siempre digo ‘No sé qué le pasa a esta gente que viene a ver esto’, tarea para las psicólogas.
3. ¿Qué creés que caracteriza/identifica al teatro de tu provincia/región, en cuanto a propuestas estéticas, temáticas y/o ideológicas?
Para mí, aquí hay una trayectoria que marca la diferencia. El teatro más complejo de aquí no desconoce la función política que atañe a esta tarea. Lo que quiero decir es que, como en todos lados hay un teatro vacío, de mero entretenimiento, despreocupado del mundo y luego hay otro que en la búsqueda del lenguaje suma aciertos y errores y hace de las preguntas sobre sí mismo y sobre el mundo el motor de su creación. El teatro más interesante de aquí es un teatro filosófico y político ¿por qué? Quizá tenga que ver con la historia de nuestra provincia, me animo a decir de nuestra región. La Patagonia, no tiene los doscientos años que el resto del país festeja. Arrastra consigo una masacre aún latente en la memoria colectiva. Me refiero a las campañas de exterminio que el resto del país realizó bajo el lema de expansión territorial, económica y política. De alguna manera, esa forma de colonización macabra (no sé si existe otra) se vive aún en estas regiones al ver estas tierras pobladas de empresas petroleras, extensiones de tierras compradas y adueñadas por magnates extranjeros, multinacionales que arrasan con los modos de vida campestres de muchas comunidades. Esta provincia no está ajena a esas realidades. Tenemos un gobierno cómplice en cada una de estas atrocidades. La vida en la Patagonia es muy cara, porque el nivel de vida está pensado para familias nucleares vinculadas al trabajo petrolero. Las docentes reclaman aumento y aquí marchan a sabiendas de que sus vidas corren riesgo a punta de balazos de goma; los pequeños empresarios frutícolas pierden su producción, cortan el puente mientras regalan sus cosechas perdidas, estigmatizados por la clase pequeño burguesa que los odia al no poder llegar a sus trabajos; los sectores más empobrecidos son atacados por el doblegamiento de policías que bajo la subjetividad de una inseguridad latente, cuidan los intereses de las familias que almuerzan y cenan en el hipermercado Jumbo. Lo que intento decir es que el teatro más interesante de esta región, no ignora una larga historia de resistencias que con sus idas y venidas han dejado claramente al Estado Provincial en una vereda contraria (y no exagero) por momentos, fuertemente enemiga. Solo por nombrar algunos ejemplos políticos y sin desatender sus contradicciones, a la hora de hacer teatro, las teatristas de aquí no desconocemos que Neuquén posee: 1) una de las agrupaciones feministas más importantes del país con más de diez años de militancia activa y contagiosa; 2) un gremio docente que con sus altibajos quizá sea el más fuerte a nivel nacional; 3) la cooperativa Fasinpat (ex empresa Zanon) expropiada por sus obreros a sus patrones; 4) Zainuco, una organización que vela por los derechos humanos de la gente encarcelada y asume los casos de gatillo fácil perpetuados por la policía para que se haga justicia por las familias de los pibes asesinados; 5) La Delegación Alto Valle y Neuquén de la A.P.D.H (Asamblea Por Los Derechos Humanos) la primera de las delegaciones con que contó el Organismo nacional, constituida a partir de un llamado de Jaime De Nevares que convocó a personas alarmadas por la aplicación en la zona del denominado terrorismo de Estado. Por el trabajo de muchas de estas agrupaciones la jerga popular ha llamado a esta provincia ‘la capital de los derechos humanos’. Entonces las teatristas sabemos de qué lado jugar y el teatro más interesante aquí es un teatro político, antiestatal, desconfiado de los gobiernos de turno. Las teatristas de aquí hemos estado siempre comulgadas en una misma vereda, inclusive las más jóvenes hemos aprendido a poner en juego la idea de ‘Cultura Provincial’ que en otras partes tiene connotaciones distintas, más alegres y populares. Por supuesto que hay discrepancias políticas y estéticas entre colegas, sí ¿cómo no? sumado a que nos falta la generación del medio entre viejos teatristas y las que seríamos ‘las nuevas’ por ponernos algún nombre. Falta esa generación por lo que todas sabemos: gobiernos de facto, neoliberalismo extremo, desinterés cultural, etc., que han dejado en la provincia instancias difíciles para la actividad teatral. Ahora la situación es distinta: hay salas, más grupos, repentino interés de instituciones oficiales, pero nada ha extinguido esa inquietud política distintiva. Por momentos alguna oficina se ilumina con funcionarios de mayor o menor afinidad y algún que otro teatrista dialoga y pacta con ellos. Sin embargo y aunque las coordenadas cambian, es casi una condición ‘sine qua non’ que el teatro más interesante de esta región sea a la vez piquetero, hasta en sus modos de crear y sea un teatro que jamás dependió del Estado, para salir adelante.
4. ¿A qué teatristas recomendás conocer en tu región y por qué?
Recomiendo a Fernando Avila. Neuquino, residente en provincia de Buenos Aires, pero hacedor interprovincial. Escribe, dirige y actúa sus obras, tanto en Neuquén como en Buenos Aires. A veces estrena acá y otras veces allá, o siempre se las ingenia para llevarlas de un lado a otro. El viene del campo del teatro de objetos. Ha creado un universo llamado ‘Teatro de Tersites’ con personajes (muñecos) celebrados por la gente al aparecer, al morir, al explotar. Son monstruos cargados de miseria humana. La gente los adora y creo que es por ver en sus ‘horribilidades’ una esquirla espejada directa a la yugular. Yo tengo la teoría que es la gente el reflejo de esas bestias, a las cuales encuentro más bellas y sinceras. El teatro de Fernando es imperdible.
5. ¿Qué le sobra y qué le falta al teatro de tu región?
Hablaba antes ‘del teatro más interesante’ porque luego también existe (cómo en todos lados) un teatro pasatista, nada profundo, de entretenimiento, más parecido a la tele, que subsiste acríticamente como una peste. En él abunda mucho la producción (salen obras como chorizo) y no así la creación. Por ejemplo se toman textos de autores porteños y se montan acríticamente logrando una escena (la mayor parte de las veces) superficial. A ese modo de producción ingresan ‘actores/actrices’ que les da lo mismo cancelar un sábado de ensayo para comerse un asado. Casi siempre son obras en donde actúa gente que sale de talleres terapéuticos de teatro, gente que toma el teatro como algo recreativo pero nunca con la responsabilidad que semejante lenguaje demanda. No creo que este teatro sobre, para nada. Creo que tiene su público y que hay gente que consume estas cosas como consume también hamburguesas de McDonald’s. Para esa gente hay quienes pensamos que no vale la pena hacer nada y está bueno que tengan sus obras para ir a ver y reír. Luego está el otro teatro del que también hablaba antes: más comprometido. Suena solemne pero no es que sea un teatro solemne, para nada, es un teatro inteligente de mucho humor. En el medio quedan las salas, que deben programar lo que puedan para subsistir. La mezcla también se ve en los grupos: a veces se dan alianzas extrañas. Pero entre estas dos coordenadas: Teatro Pasatista – Teatro más comprometido, oscila nuestra región haciendo lo que puede, como puede. Una podría reclamar faltas, pero la verdad es que aquí quien se plantea un objetivo lo consigue. Esto tiene que ver con cierta reivindicación del aspecto marginal del buen teatro. El teatro más rico de esta región, en el cual me inscribo, reivindica en su hacer modos de existencia micropolíticos, marginales: modos de hacer periféricos. Hasta hace un par de años escaseaban lxs dramaturgxs porque las dramaturgias parecían pertenecer a letrados de escritorio bendecidos por la inspiración de una musa literaria y poética, desconocedores de la experiencia escénica. Yo pertenezco a la generación neuquina que dio por tierra con esa totémica creencia. A mi par van surgiendo otrxs dramaturgxs, apareciendo otras dramaturgias. A muchas aún les falta la fuerza como para hablar de una poética propia, pero el riesgo está asumido y el nuevo caldo de cultivo arroja entusiasmo sobre el lenguaje. Estamos en un momento de efervescencia poética; de jóvenes búsquedas, de aciertos y tropiezos, algunas más fuertes que otras. El paradigma ha cambiado: las academias locales, lxs teatristas y el público lo notan. La preocupación por el lenguaje poco a poco aumenta.
6. Para vos, ¿qué es la felicidad en el plano artístico?
Sobre la idea de felicidad, el sentido común reserva cuestiones que yo nunca las tendré: familia, hijos, auto, casa, cuentas corrientes, cuestiones que en mi caso irían en contra de mi afectación al teatro. Es decir, para mí el teatro está por encima de la vida y trato de evitar cualquier cosa que pueda pasarle por encima. Soy de los que echa del grupo a un actor que no asume sus compromisos. Venero esas historias en las cuales los payasos mueren con las chalupas puestas y las actrices frente a toda adversidad enuncian: -¡The show must go on! Lo digo inclusive desde un lugar biológico. Necesito estar conectado con algo del orden de la ficción todo el tiempo y a la vez pienso mediante sus mecanismos: observo a la gente, escucho obsesivamente lo que dicen, veo situaciones, acontecimientos y los desmenuzo y traduzco a procesos de teatralidad. Con los años el trauma va aumentado. Siempre digo que es como un poder mutante, del más ordinario de los x-men, el de un morlock. Esos poderes que en vez de acarrear beneficios atraen otras cosas: distanciamientos, ocio, alianzas, soledad, todas cuestiones en mi caso bienvenidas y vitales para la creación. En definitiva, el teatro me ha enseñado a ver más que eso que llamamos mundo, con todas las secuelas alegres que ello conlleva. Quizás sea muy esquizo pero me encanta. Si esta suerte de pulsión vital o modo de vida cuadra dentro de la idea ‘felicidad’, entonces para mí de eso se trata.
7. ¿Hacia dónde creés que se encamina el teatro en Argentina?
El teatro argentino se hace con nada más que voluntad, así que creo que continuará -contra todo pronóstico- por su camino de la expansión y la multiplicidad. No hay crisis que lo detenga; de hecho, me animo a decir que es un ‘teatro-fénix’, renace con mucha fuerza de sus cenizas.
8. ¿Qué te apasiona cuando vas al teatro? ¿Qué actrices y actores te deslumbraron sobre el escenario?
Me atrapan las obras complejas, inciertas, aquellas que desbordan todo el rato lo finito. Las que habilitan portales hacia otras zonas. Las que en apariencia parece que no afirman algo, pero si lo afirman, a la vez que lo niegan. Esas obras que dan cuenta de una exterioridad inalcanzable en el cotidiano, capaz de manifestarse en la experiencia escénica y desplomarse de un zarpazo al salir de la sala. Esas obras que al terminar, hacen más difícil y menos querible el regreso al mundo real. Creo que la actuación es lo más importante del lenguaje pero no creo en las actuaciones deslumbrantes conque el común de la gente idolatra, creo en singularidades y en composiciones. Para lograr cierta composición, muchas veces hay que huir de lo que se considera ‘deslumbrante’. Otras veces se compone a partir de ciertas singularidades. Hay elencos singulares que perfeccionan registros de actuación coherentes con toda su composición poética. Es el caso de ‘El Patrón Vázquez’, no me atraen por deslumbrantes, sino por su coherencia compositiva.
9. Si pudieses tener un encuentro con un/a teatrista de cualquier tiempo y lugar ¿a quién elegirías?
Si pudiese tendría un romance con Batato Barea, metido en el trasfondo del Parakultural.
10. ¿Nos mandás una foto de algún objeto de tu casa que remita a las artes escénicas?
Mi biblioteca teatral y filosófica. Una fuente inspiradora constante y recurrente, mantenida para nutrir la complejidad de mis obras.
¡Gracias!
Web: http://goodbyestanislavsky.blogspot.com.ar
Foto: Javier Vicente
Nacido en Neuquén. En el año 2007 egresa de la Escuela Superior de Bellas Artes con el título de Actor. Paralelo a sus estudios ingresó al elenco estable de la sala “El Lugar” a trabajar como actor en la obra “El pánico” de Rafael Spregelburd, dirigido por Cecilia Arcucci y Marcela Cánepa. Fue durante dos años miembro de la Asociación de Realizadores Audiovisuales (ARAN) de Neuquén en la cual adquirió conocimientos de producción, edición y realización cinematográfica. Allí también trabajó como director de actores/actrices en varios cortometrajes. Ha tomado talleres y seminarios de teatro con reconocidos docentes de la región y de Buenos Aires como: Luis Sarlinga, Rafael Spregelburd, Carmen Baliero, Osqui Guzmán, Mariana Chaud, Santiago Loza y Federico León entre otros. Ha participado de desmontajes de obras con Mauricio Kartun y Ricardo Bartís, entre otrxs. En el 2008 se suma como actor al elenco de Teatro de calle “El ramo del aire” bajo la dirección de Cecilia Arcucci. Con el elenco de calle estrenó dos obras: “El ramo del aire” y “¡Estalla, silencio!” Se ha desempeñado como asistente técnico, iluminador, y asistente de dirección en diversas producciones teatrales y cinematográficas. En el 2009 comenzó su recorrido por la dramaturgia y la dirección, formó el elenco inestable “Goodbye Stanislavsky” con el cual estrenó su primer texto Dolor de estómago. También ese año dirigió al elenco “Erinias” con una obra de Griselda Gambaro en Neuquén. Ejerció durante tres años la docencia teatral en la Escuela de artes escénicas “La Caja Mágica” de Cipolletti; dictó la materia OTAV Escenografía en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA Cipolletti) y viene dictando talleres en forma privada de investigación escénica y dramaturgia; de teatro en pequeño formato; y otros con propuestas diversas del quehacer escénico. Dos obras del grupo Alkymia de Neuquén cuentan con su realización audiovisual: “Ataditos de Humor” y “Dos amores y un bicho”. En 2010 conformó junto a Chana Fernández y Luis Sarlinga el elenco “Todoesunabroma.inc” con el cual produjeron La Fin del Mundo. Lado A y Lado B, obra ganadora del Selectivo Provincial de Teatro que representó a Neuquén en la Fiesta Nacional del Teatro 2011 en San Juan. También en el 2010 ingresó a la Universidad Nacional del Comahue a cursar Licenciatura en Letras. El mismo año estrenó “Permanente” su segundo texto escrito y dirigido. En agosto de 2011 dirigió y estrenó junto al elenco Teatro de Tersites la obra “El mirlo bolichecheno canta hasta quedar afónico” teatro de objetos y actuación con dramaturgia de Fernando Ávila. Dos nuevos textos de su autoría se estrenaron en el 2012: “Delivery de liebres”, con nueve actrices en escena y “Mediática o el concurso municipal del chorizo”, con 11 actrices. En noviembre de 2012 fue destacado por los Premios al teatro, en el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas, en la nueva edición de los Premios Teatro del Mundo, recibiendo el Premio Mayor al Teatro en Patagonia por la dramaturgia y la dirección de “Delivery de Liebres” y “Mediática”. En 2013 se estrenaron dos nuevas obras escritas y dirigidas: “Al pie de la teta” comisionada por La Colectiva Feminista La Revuelta y “El suicidio de la presidenta”. Al pie de la teta participó del 15 Festival Nacional de Cine y Derechos Humanos, Buenos Aires 2013; del XXVIII Encuentro Nacional de Mujeres San Juan 2013; del XV Encuentro Provincial de Teatro y Artes Escénicas, organizado por Te.Ne.As. Fue adaptada a historieta por Gato Fernández y publicada en “Clítoris. Sextualidades en viñetas”, Buenos Aires, Hotel de las ideas, 2014. En 2013 y 2014 Fanello dirigió dos shows en vivo a la banda de rock neuquina: Primer Vuelo. En 2014 volvió a dirigir al elenco Teatro de Tersites, en la puesta escénica “Un Sillón Verde”, con dramaturgia de Fernando Ávila. A fines de 2014 estrenó su última obra escrita y dirigida hasta el momento: “Megaminón”. En 2015 estrenó una saga en 10 episodios llamada “Dineral” y -para el elenco Cebras Teatro de Fiske Menuco- escribió, dirigió y estrenó “Extinción para viejo incendio”. Ganó recientemente el concurso para ser el Director del Elenco de la Escuela Superior de Bellas Artes de Neuquén, del cual actualmente se encuentra a cargo. Desde marzo de 2016 tiene a cargo la materia Dramaturgia I y II en el IUPA (Instituto Universitario Patagonico de las Artes). Estrenó con el Elenco ESBA Matriovska una creación colectiva bajo su dirección. En 2016 realizó la asistencia de dirección de “No quiero morir desnudo” obra del elenco Atacados por el Arte, dirigida por Cesar Brie. También este año volvió a actuar con el elenco Todoesunabroma.inc en “Fedra”. Mirar la sombra bajo la dirección de Luis Sarlinga. En mayo de 2016 dirigió y estrenó la opera prima de Julieta Cabanes “Oportuna ocasión para cruzar el borde”.
Agradecemos a Leonel Giacometto (@giacomettoleo) la gestión del cuestionario