Tosca, un homenaje a Roberto Oswald. Regreso con gloria al Teatro Colón
En el Teatro Colón, la ópera de Giacomo Puccini se presentó con dirección musical de Carlos Vieu en un total de seis funciones. La presentación fue también un homenaje a Roberto Oswald, cuya última producción de Tosca en el Colón vuelve con esta reposición.
La ópera de Giacomo Puccini con libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, se presentó con dirección musical de Carlos Vieu en un total de seis funciones durante 2016: sábado 20, martes 23, viernes 26, martes 30 y miércoles 31 a las 20 hs., y domingo 28 a las 17 hs. La presentación fue también un homenaje a Roberto Oswald, cuya última producción de Tosca en el Colón vuelve con esta reposición de sus colaboradores más cercanos: Aníbal Lápiz en dirección escénica y vestuario y Christian Prego como escenógrafo asociado. Hubo dos repartos y los encabezaron Eva-María Westbroek (20, 23, 28 y 31) y Eiko Senda (26, 30) como Tosca; Marcelo Álvarez y Enrique Folger como Cavaradossi; Carlos Álvarez y Fabián Veloz como el Barón Scarpia.
Tosca está basada en una pieza teatral de Victorien Sardou, estrenada en París en 1887. Sardou la escribió pensando en Sara Berhnardt, la actriz más célebre de la época. La idea de transformar esa pieza de teatro en una ópera surge con toda naturalidad, en primer lugar porque la heroína Floria Tosca, es una cantante lírica de la época napoleónica. La pieza y la ópera transcurren en junio de 1800, en la fecha de la batalla de Marengo, cuando los republicanos italianos celebraron como una victoria el revés asestado a los ejércitos de Austria y Nápoles por las fuerzas de Napoleón.
En Tosca hay un trasfondo histórico político, y además amor, erotismo, tortura, traición, fe religiosa y agnosticismo. Tosca es una cantante con ataques de divismo, y su amado Cavaradossi es un pintor noble y de ideas liberales que ayuda a escapar de prisión al republicano Angelotti; el triángulo es completado por Scarpia, siniestro y corrupto jefe de policía que tortura a Cavaradossi y desea a Tosca.
La dirección musical fue clara, minuciosa y con vuelo lírico. Excelentes los cantantes en sus roles. No faltó la pasión y erotismo de Tosca, ni el entusiasmo de Cavaradossi por sus ideas políticas expresadas por una voz caudalosa, un registro expresivo bien amplio, heroico por momentos. Asimismo, fue muy bien comunicada, sin excesos, la corrupción de Scarpia, con matices vocales muy atractivos y una actuación de carácter despiadado. Remarcable la iluminación de Rubén Conde.
La presentación escénica fue una evocación muy justa y un merecido homenaje. Se reprodujo la puesta en escena realizada por Roberto Oswald en 1992, repetida en 1993, 1998 y 2003 en las que fue director de escena, escenógrafo e iluminador. Hay que recordar que Roberto Oswald fue un escenógrafo y director argentino que falleció en julio de 2013. Trabajó en conjunto con el vestuarista Aníbal Lápiz en muchísimas producciones en el Teatro Colón. Recibió también el Premio Konex de Platino en 1989 y 1999 y fue declarado Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
Fotos: Maximo Parpagnoli