Todos los Jorges sin papá. Sobre Nadie muere en Navidad
por Leonel Giacometto (@giacomettoleo)
En la víspera de Nochebuena, una madre y su hijo veintiañero esperan a un compañero de la oficina de ella, Jorge. Sobre quién es, podría y puede ser Jorge en la realidad navideña de una mujer sola, y un hijo medio lelo versa Nadie muere en Navidad, de y por Carolina Torres, directora joven de Rosario, que sabe cómo mixturar distintas generaciones de actores, en una ciudad carente de cruces intergenaracionales.
Nochebuena, una madre (María Del Carmen Sojo) y su hijo veintiañero (Luciano Ciarrocca) esperan a un compañero de la oficina de ella. Suena el timbre de la casa y llega un hombre vestido de Papá Noel. Eso es todo lo que se necesita saber para ingresar al universo de Nadie muere en Navidad, pergeñado por tres actores y una directora que apostó a una dramaturgia (supervisada por el director nicoleño Matías Martínez) surgida de improvisaciones y ensayos. A veces, lo mejor de las propuestas teatrales donde la dramaturgia y el texto surgen a partir de improvisaciones de los actores y su director, en el mejor de los casos, es la retroalimentación entre la actuación y una dramaturgia que, no sólo acompaña y narra de alguna manera, sino que también, a fin de cuentas, es una dramaturgia que cumple su función básica y preexistente en el campo actoral: contener. Y este es el caso de Nadie muere en Navidad, donde los desniveles dramatúrgicos son suplidos por una actuación que sabe hacia dónde va.
Con una escenografía no diferente a las que circulan por todo el teatro donde la ficción transcurre en un living, el sillón de dos cuerpos es otro de los protagonistas y cuerpos de Nadie muere en Navidad. Por ese sillón circulan, se apoyan, se arrastran, se acuestan, se ríen, lloran, comen, beben, se besan y se pegan los tres personajes de Nadie muere en Navidad, que cuenta la historia de una mujer que es madre y está muy sola, que sabe más hablar que vivir, y de un hijo dopado de hastío que quiere estudiar para hacer videojuegos; y de un tal Jorge, que hace de todo para llegar a fin de mes. Y es ése tal Jorge una de las joyitas de Nadie muere en Navidad, sobre todo su actor: Mario Vidoletti. Gracias a este procedimiento de construcción dramatúrgica venida desde los actores, es donde este gran actor rosarino no sólo “muestra” su oficio, sino que lo expone en toda su vitalidad, apostando siempre a un humor que combina la ironía con cierto “sello” irónico presente en muchos actores rosarinos de todos los tiempos (teatrales y televisivos). Se le suma María Del Carmen Sojo , con una actuación de potencia contenida como no suele ofrecer esta fuerte actriz, junto con las nuevas búsquedas actorales de actores como Luciano Ciarroca, quienes accionan siempre sobre el tono trágico que podría llegar a explotar en la obra. Pero no, nadie muere en Navidad. Hasta que suena un timbre.
Más sobre Nadie muere en Navidad: www.facebook.com/nadiemuerenavidad
Título: Nadie muere en Navidad
Actúan: Mario Vidoletti, María Del Carmen Sojo y Luciano Ciarrocca.
Ambientación escenográfica: Leila Poveda/ Mariano Maestri.
Vestuario: Florencia Marting.
Títere: Clara Rajz.
Iluminación: Lucas Vidoletti.
Diseño gráfico y comunicación: Federico Tibytt.
Fotografía: Guillermo Fournier.
Supervisión dramatúrgica: Matías Martínez.
Dramaturgia y Dirección: Carolina Torres.
Funciones (Segunda temporada): sábado a las 21.00 horas en el Teatro Empleados de Comercio, Corrientes 450, Rosario, Santa fe, Argentina.