10 preguntas a 1 teatrista: MATEO se asoma al mundo de Marcos Arano
Responde nuestro cuestionario MATEO, desde Buenos Aires, el director teatral, actor y pedagogo, Marcos Arano, quien dirige, además, la Escuela de Teatro Clown, Máscaras y Música MALVADO COLIBRÍ.
1. ¿Qué proyectos teatrales estás desarrollando actualmente?
Estoy muy contento porque arrancamos con la segunda temporada de Tierra Partida, una obra nacida en la escuela que dirijo, Malvado Colibrí, que habla de los orígenes de nuestro país con sus contradicciones , traiciones, aciertos, errores y el origen de separaciones que duran hasta nuestros días. Lo hace con humor, máscaras, clown y música en vivo así que cada viernes, en la Carpintería, es una fiesta. Nos divertimos como locos y sentimos que hacemos un aporte necesario al acervo cultural de nuestra comunidad.
Pero también estoy ensayando varios proyectos. El más inmediato es Vientre, el hueco de donde venimos, también nacido en Malvado Colibrí, que estrenará a mediados de marzo en La Carpintería y que se mete en la histórica lucha de las mujeres de nuestra región por sus derechos. Son 20 actores, clowns y músicos en escena comprometidos que con muchísimo humor y delirio se meten a bucear en los hechos que han parido los avances y retrocesos de mujeres sepultadas por la historiografía oficial.
También estamos ensayando junto a Roxana Berco, María Figueras, Abian Vainstein, Federico Costa un proyecto hermoso y muy loco que investiga y pone en discusión la idea de identidad nacional y los cruces entre el campo y la ciudad. Estamos muy entusiasmados y estrenaremos en julio.
2. ¿Qué mirada tenés del público que asiste a tus producciones? ¿Pensás en el público cuando hacés teatro?
Es una pregunta difícil porque el público, su mirada, su emoción es un ente bastante inascible. Sin embargo, en todas nuestras producciones, como en el entrenamiento propuesto en nuestra escuela, pensamos al público como un protagonista más de la obra. Tiene una entidad muy fuerte y suele representar un rol fundamental en el lenguaje que proponemos. En ese sentido es sumamente activo. Desde la escena nos proponemos transformarnos en cada función jugando junto al público, invitándolo a que se sumerja y participe de nuestra propuesta, que se ría, que opine, que se movilice y, si es posible, que se transforme junto a nosotros. Nuestras obras no apuntan a un público en particular y tienden a manejar un humor y un código abierto, ingenuo y lo más universal posible, que interpela a ese público para que tome posición sobre los conflictos y contradicciones en los que entran nuestras propuestas y eso lo pueden hacer grandes y chicos, públicos más legos o más vírgenes, etc.
3. ¿Qué creés que caracteriza/identifica al teatro de tu provincia/región, en cuanto a propuestas estéticas, temáticas y/o ideológicas?
Es extremadamente variado, lleno de propuestas y sumamente creativo. Es un privilegio vivir en una de las ciudades con más teatro del mundo. En Buenos Aires es imposible ver todo lo que nos ofrece. Esto es genial aunque también tiene sus contras. Creo que el universo tan tan amplio de propuestas y de gente creando, genera una competencia y unas ansias de distinción que a veces quitan el punto de lo que es fundamental, por lo menos para mí: que el teatro sea un espacio para contarnos como comunidad, para encontrarnos y pensarnos como sociedad en el presente.
4. ¿A qué teatristas recomendás conocer en tu región y por qué?
Recomiendo que se conozca todo lo que hace Omar Pacheco, Sergio Amigo, Bernardo Forteza, Gabriel Graves. Me entusiasma muchísimo lo que hace Manuel Santos Iñurrieta. Por supuesto Mauricio Kartún… pero bueno, son tantos que la lista se haría infinita.
5. ¿Qué le sobra y qué le falta al teatro de tu región?
Le sobra egos y propuestas que se miran para adentro. Le sobra micro mundos. Le sobra teatro que mira hacia Europa con ansias de ”pegar una girita”. Le falta propuestas abarcadoras, textos que buceen en lo que nos pasa y lo denuncien. Le falta, unirse, ver latinoamérica, abrazar al público. Falta que las salas se la jueguen por los espectáculos que están en sus teatros, los banquen, se asocien en las producciones y vayan juntos en busca de nuevos públicos. No se puede crecer haciendo una sola función por semana. Faltan políticas culturales a a altura de las maravillosas propuestas artísticas que ofrecen los trabajadores de la cultura de nuestra región. Desgraciadamente así como hay una pasión inagotable por hacer y ofrecer propuestas, también muchas veces falta trabajar a conciencia, estudiar, investigar, desarrollar una estética propia y genuina que apueste al “nos” decimos por sobre el “me” digo.
6. Para vos, ¿qué es la felicidad en el plano artístico?
Hay momentos únicos e irrepetibles en que el público y los actores van viajando juntos. A veces un pequeños sonidito, un movimiento extraño altera lo que se suponía debía pasar y juntos juegan con ese regalo del presente. Algo que no era previsto en el engranaje complejo que es una obra de teatro se altera y hace sentido. Se cuela en el viaje. Esos momentos me hacen profundamente feliz.
7. ¿Hacia dónde creés que se encamina el teatro en Argentina?
Desgraciadamente si los recortes en el plano de cultura siguen avanzando, nos encaminamos a que se licuen las propuestas, a que lo superficial gane terreno por sobre lo poético, a que lo entretenido triunfe por sobre lo transformador. Siempre el teatro ha encontrado su manera de resistir, retorcerse, gritar con furia y encontrar caminos de rebeldía. Que no nos provoquen más.
8. ¿Qué te apasiona cuando vas al teatro?¿Quienes te han deslumbrado sobre el escenario?
Me encanta ver propuestas que sin darme cuenta me introducen en un mundo de contradicciones e incomodidades. Me gusta que la imagen y los cuerpos me hipnoticen. Me fascina que las actuaciones sean genuinas que logren emocionarme y desequilibrarme diciéndome “acordate que esto no es la realidad, es teatro”.
Muchos lo han logrado y sería muy injusto ponerle nombre a unos pocos. Pero recuerdo con muchísmo amor una función, con muy poco público por cierto, de Tony Lestingui haciendo “La Comedia Trágica” de Ives Hunstad y Eve Bonfanti. Mientras lo veía me dije voy a hacer clown. Esto fue en 1998 y hoy tengo una escuela donde la formación fundamental es en Clown, dirijo obras donde los clowns son protagonistas y a veces hasta me animo a ponerme la nariz.
9. Si pudieses tener un encuentro con un/a teatrista de cualquier tiempo y lugar ¿a quién elegirías?
Uh. Me encantaría conocer a William Shakespeare, a Bertolt Brecht, A Peter Brook, a Artaud y a Grotowsky. También a Armando Discépolo.
10. ¿Nos mandás una foto de algún objeto de tu casa que remita a las artes escénicas?