Ahora todo es noche. Los eternos olvidados
por Olga Penelas
Luego de dos años vuelve a los escenarios porteños La Zaranda para conmovernos, esta vez, con “Ahora Todo es Noche”, en el teatro El Picadero.
Esta compañía conjuga a través de las lágrimas y las risas los avatares de la existencia humana. Con un estilo muy original y poético el abordaje de sus puestas en escena constituye una verdadera obra de arte.
Esta obra presenta a seres errantes que buscan un sentido a sus extraviadas vidas deambulando por las calles de una ciudad anónima. Este peregrinaje los lleva a reencontrarse con aquella esencia que creían perdida: la mística del teatro.
Los tres actores que conforman el elenco muestran el alma de sus personajes a través de los Juegos escénicos y del recurso de la ironía que hábilmente manejan. Asimismo, van creando con objetos metálicos y simples trozos de tela y de papel la escenografía y el vestuario que los acompañará durante todo el espectáculo. Estos elementos mutan constantemente para transformarse con otro fin escénico.
El ritmo que le imprimen a la obra se intensifica debido a los movimientos corporales, gestuales y a los tonos de voz que se acentúan en las distintas secuencias. Las escenas finales poseen un marcado dinamismo ya que la triste realidad en que viven se modifica y adquiere sentido al alcanzar ese universo soñado.
La jerarquía actoral de Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Suárez se destaca en sus brillantes actuaciones que colman de magia la puesta y que la resignifican con el paso del tiempo. Esta obra nos invita a adentrarnos en la existencia de personajes que pululan, olvidados, por nuestra sociedad. “Metáfora de una liquidación de existencias”… se escribe en el programa de mano.
Elenco: Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Suárez
Autor: Eusebio Calonge
Iluminación: Eusebio Calonge
Espacio Escénico: Paco de La Zaranda
Dirección Paco de La Zaranda
TEMPORADA BUENOS AIRES 2018
La Zaranda en Coproducción con el Teatre Romea de BCN presenta:
AHORA TODO ES NOCHE (Liquidación de Existencias) Teatro Picadero. Del 22 agosto al 2 de septiembre
Continua gira iberoamericana en Colombia:
Festival de Manizales 7 y 8 Octubre
Medellín: 11 de octubre
Festival de Cali: 15 de Octubre
En su página de facebook la Compañía socializó el texto del programa del mano:
“Se volvieron invisibles, tan acostumbrados ya estamos a verlos, dormitando en los vestíbulos de las estaciones y aeropuertos, revolviendo en los contenedores de basura, haciendo cola en los comedores benéficos… Los vemos tan ajenos y apenas la cantidad de una mensualidad nos separa de ellos. Los arrojados por la borda de sus destinos, los náufragos en la oscuridad de un mundo hostil. A veces en silencio cruzan nuestra consciencia, aunque los evitamos como el beso del leproso, porque su miseria nos interpela
¿Quién cree que tiene algo para siempre?
Estos mendigos dejan sus huellas en las cenizas de la vida, conservan los rescoldos de una llama antigua, una furia ante el tiempo, que de alguna manera los entroniza, reyes sin reino, el hombre desterrado entre basuras, sin más luz que la esperanza de una mirada desde el cielo. ¿Quién no ha mendigado algo alguna vez?
Metáfora de una liquidación de existencias, estas consagradas al teatro, consciente de que la noche se acerca, y que lejos de la complacencia, siguen desnudando su estilo de cualquier retórica, de cualquier ropaje estético, buscando la esencialidad de su lenguaje, perviviendo en la tensión y el riesgo de la creación, y que siguen reflexionando en lo que han sido sus constantes: las devastaciones del tiempo, la crítica a la desertización espiritual, el escenario como asedio vivencial.
Aquí está el universo de una compañía, sus heridas y cicatrices, su desamparada imaginería, su desgarrada voz , sus personajes desahuciados. Eco de liturgia, tintes esperpénticos y regusto de tragedia, un humor perturbador y un compromiso poético insobornable. Los pies en los clásicos y la mirada en el horizonte de nuevas formas de hablarle al alma de cada hombre. Tradicionales y rupturistas, contradicción viva, contracorriente siempre, pasión de cuatro décadas por los escenarios del mundo:
La Zaranda, Teatro Inestable de Ninguna Parte, cumple cuarenta años a lo hondo del tiempo”