Recetaria o el laboratorio de las pasiones teatrales
Se reestrenó en Córdoba, en la Sala Espacio Cirulaxia, “Recetaria” de Convención Teatro, una obra que poetiza la cocina de la aventura teatral que implica actuar, como estados de ebullición escénica.
La obra parte de una pregunta: ¿cómo componer algo, cuando todo está descompuesto? Es una reflexión poética y paródica de los vínculos humanos y la creación artística.
En esta cocina escénica vemos como se cuecen las habas de la actuación y la ironía de los vínculos humanos en los procesos creativos. Hacemos familias con nuestros compañeros de trabajo y representamos escena familiares en nuestras obras como una de las grandes paradojas que atraviesan a este quehacer tan particular. Estar con los otres, convivir el proceso poético de creación, en contraste con la vida diaria es una condición ineludible del arte teatral. Es por eso que este espectáculo nos convoca a los momentos íntimos de un ensayo, nos muestra eso que los espectadores no vemos, el ensayo como el trabajo minuciosos de hilar cosas para convertirlas en otras cosas que sean teatrales.
¿Qué es ser actriz o actor? ¿Cómo se hace para llorar? ¿Qué ingredientes lleva la obra? Son algunas de las preguntas que recorremos por el devenir escénico que nos ofrece el espectáculo. Una idea, un deseo, un recuerdo o una ironía se pueden convertir en una escena o una obra.
Cómo mezclar los retazos que cada uno aporta, que ingrediente le puso cada uno y si hay una receta para hacerlo, parece ser el dilema inicial de este espectáculo. Recetaria es el trabajo minucioso de entretejer los pedazos de algo que será, es el arte de la combinación, es el cruce de cada personalidad. Estamos invitados a celebrar los meandros de la creación teatral, sin embargo no es una ceremonia para algunos, los entendidos, los estudiosos sino es una fiesta para todos, no se trata de un discurso hermético sino de una reflexión abierta y amorosa de un arte arcaico y político como el del teatro en nuestra cultura.
Este espectáculo de Convención Teatro nos invita a pensar en el momento del ensayo como un momento clave del teatro, así como no podría existir un restaurante sin cocina, no hay teatro sin ensayo. Cocina y teatro son palabras y sentidos parientes, el anecdotario de las prácticas escénicas distingue muchas cocinas cómo lugares testigos de grandes obras. En las cocinas pensamos, comemos, escribimos, tomamos mate y ensayamos.
La paradoja en Recetaria pareciera ser la vida y el teatro o el teatro y la vida. Esa liminalidad es la que permite flotar o fluir por muchos umbrales o límites de manera lúdica, asistir al tratado del actor pre-expresivo para luego reírnos con la hipérbole de un actor clásico y finalmente sorprendernos con la absurdidad del llanto obligado de una buena actriz. Esta absurdidad ironiza sobre el axioma teatral que afirma que toda buena actriz debe saber llorar bien.
Recetaria también podría pensarse como un reflexión poética acerca de la corporalidad en el teatro, de la tensión entre esta y el texto. Para la fenomenología de Merleau- Ponty, el cuerpo es el instrumento de comprensión del mundo. La existencia de actrices y actores en la escena implica un ejercicio corporal, sensorial, gestual, postural y mímico ya que la comprensión del mundo de la actuación es en sí misma un asunto del cuerpo.
¿Hay actuación sin cuerpo o hay cuerpo sin actuación? Puede ser otro de los tantos interrogantes que deshilamos en este espectáculo. Cuerpo y palabra, poesía y realidad, drama y comicidad son muchas de las tensiones por las cuales Recetaria nos va llevando como espectadores y nos invita de manera amorosa y alegre a la aventura lúdica de tejer alguna trama o de descifrar algún juego.
Dice el antropólogo David Le Breton (2018) que actores y actrices son personas de derroche, de trabajo sobre sí, que se oponen en ese sentido a las personas comunes, que no deben regirse por una composición y se contentan con ser ellos mismos.
Recetaria es quizá un muestra de esta afirmación, es el derroche de actuación, de composición, de búsqueda y juego, es el convite íntimo y público, es la irreverencia de invitarnos a crear en esta esta cocina teatral nuestras propias recetas de cómo es actuar.
De lo pequeño y situado del lugar y de la acción, este espectáculo también nos invita a pensar como es el teatro en nuestra ciudad, cuanto de vínculos y propósitos nos reúnen, que nos lleva a pensar en hacer una obra, que buscamos ahí, que encontramos al fin. Como convivimos en el espacio público, como nos identificamos, como creamos comunidad, como hacemos nuestra propia historia y como construimos la memoria de nuestra práctica. En este sentido la postal/ programa de mano, agradece a los teatristas cordobeses porque (…) nos permiten pensarnos y en este caso Recetaria es una respuesta artística a este pensarnos desde el arte.
Ficha técnica:
Actuación y dramaturgia: Maura Sajeva, Mauro Alegret, Fabricio Cipolla
Diseño y realización lumínica: Sara Sbiroli
Diseño escenográfico: Ariel Merlo
Realización escenográfica: Mauro Alegret, Fabricio Cipolla y Ariel Merlo
Diseño gráfico: Sergio Cuenca
Dirección y dramaturgia: Daniela Martín