Esa cosa extraña llamada amor
por Silvio Del Valle (silviodv@hotmail.com)
Se estrenó la obra “El amor después del humor” dirigida por Alfredo Iribarren e interpretada por Silvia Camiolo y Daniel Mallarino en la Sala de Teatro Independiente Eutopia, Gualeguaychú, Entre Ríos
En la vida de pareja la visión del amor va cambiando conforme vamos creciendo. Los que digan que se aman como el primer día no solamente no han entendido nada sobre su real significado sino que además, no han hecho crecer ese amor ya que al igual que una flor, lo tenemos que ir regando con nuestras acciones diarias para que este crezca y se haga cada vez más fuerte e indispensable para seguir viviendo. Y este ha sido el leitmotiv en el “Amor según el humor”. A través de diversos cuadros, que en palabras del autor bien podrían ser una comedia romántica, un vodevil o un pequeño sainete a pura fiesta, se cuenta la vida amorosa de Valentina y Diego, quienes podrían ser una pareja en particular, o bien miles de Valentinas y miles de Diegos. Ambos personajes pintan la universalidad del amor: todos en mayor o menor medida lo hemos transitado en situaciones similares. La dramaturgia surgió a través de un arduo trabajo de improvisaciones que luego Iribarren redondeaba con la escritura final de cada escena.
El vehículo utilizado para contar la historia ha sido el humor, y muy bien apoyados por el uso de la multimedia que agrega una selección de animaciones y escenas de películas del genial Carlitos Chaplin. Estas imágenes muy bien editadas, primeramente nos introducen en la obra a modo de presentación y luego sirven de nexo entre escena y escena dando lugar a los actores a que rápidamente preparen todo para lo que sigue. Esto permite que la obra mantenga un ritmo constante y que la puesta no decaiga en ningún momento.
El director ha planteado una puesta escenográfica muy despojada: una mesa que muta a veces en una cama, un par de sillas, algunos elementos de utilería. Dichos elementos son más que suficientes para la historia que se narra. Y por supuesto: el cuerpo de los actores. Si no, sería imposible que habláramos de teatro.En los siete cuadros que componen la obra se va mostrando cronológicamente la edad de los personajes por lo que el vestuario también va cambiando en cada escena. Cada detalle del mismo como asi también los movimientos y juegos escénicos están muy cuidados.
Tanto la iluminación como el sonido van creando el clima necesario para el desarrollo de la obra. En Silvia y Daniel se percibe una muy buena química. Esto se demuestra con las actuaciones. Hay un buen manejo del cuerpo y de la voz, demostrando que hay mucha experiencia y escenario recorrido en ambos, como así también un arduo trabajo que, en palabras de los actores, arrancó en el mes de diciembre con muchas horas de improvisaciones y ejercicios de creación colectiva.
Cuando hay pasión por lo que uno hace el resultado no puede ser otro que el mejor. Y acá hay una clara muestra de ello. Es una interesante propuesta que quizás no bucea con mucha profundidad en la temática planteada en cada situación. Pero tampoco creo que este haya sido el camino por donde se propusieron transitar como equipo, porque en cada escena se plantean temáticas bien diferentes sobre el amor que muestran situaciones por las que atraviesan el hombre y la mujer. De esta manera, el hecho teatral cumple con su cometido: nos refleja como en un espejo la realidad en la que vivimos. El publico acompañó con risas, aplausos, e incluso hubo quienes se animaron a comentar diversas situaciones.
La propuesta de la Sala Eutopía teatro es una muestra más de la importante actividad de teatro que tiene la ciudad de Gualeguaychú, que día a día crece con excelentes puestas.
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Ficha técnico-artística
Actúan: Silvia Camiolo, Daniel Mallarino
Dirección general /Dramaturgia: Alfredo Iribarren
Asistente de dirección: Sofía Cano
Producción Musical: Jorge Reynoso
Edición de video: Celso Bell
Edición de Sonido: Marcelo Mitchell
Prensa: Florencia Benedetti