10 preguntas a 1 teatrista: MATEO se asoma al mundo de Gustavo Lioy
Desde la ciudad de Neuquén, el director de “El Arrimadero Teatro”, responde al Cuestionario Mateo. Nos habla de sus puestas en escena más recientes y nos comparte su mirada sobre el teatro en general y el de su provincia en particular.
1. ¿Qué proyectos teatrales estás desarrollando actualmente?
En estos momentos estoy ensayando una obra a estrenar en octubre, un proyecto largamente postergado: una adaptación propia de Romeo y Julieta , donde conjugo el texto clásico de Shakespeare con elementos de la comedia del arte, el circo y el musical. Además, tengo en cartel Esperando la carroza, que ya lleva un año en cartel, con excelente repercusión de público y criticas. Una obra para estar agradecido.
2. ¿Qué mirada tenés del público que asiste a tus producciones? ¿Pensás en el público cuando hacés teatro?
Al principio de mi carrera, y por una cuestión más económica que ideológica, pensaba mucho en el publico, en lo que él quería ver en mis obras. Una vez que pude hacerme de un nombre, y de una economía propia, empecé a darme de a poco algunos gustos. Obras que no funcionaron muy bien en cuanto a cantidad de espectadores, pero que significaron un enorme placer de llevar a escena. Hoy puedo congeniar, y espero poder seguir haciéndolo, obras con una repercusión más masiva, con elecciones más personales. De todas formas, creo que el publico merece mucho respeto de mi parte como director, y trabajo para que el resultado final de mis puestas, sea lo más profesional y serio posible. -
3. ¿Qué creés que caracteriza/identifica al teatro de tu provincia/región, en cuanto a propuestas estéticas, temáticas y/o ideológicas?
Lo maravilloso que tiene la provincia de Neuquén, sobre todo en los últimos diez años, es que sus teatristas plantean propuestas tan variadas como originales, y un número cada vez mayor de producciones cada año, lo que convoca a más y más público. No creo que tengamos una característica teatral típica de lo neuquino. Somos una ciudad cosmopolita, donde la mayor parte de los habitantes no somos “locales”, sino que venimos de distintas provincias a vivir aquí. Y eso se refleja en los tópicos y las estéticas del teatro local. Lo heterodoxo es lo que impera. Y se agradece.-
4. ¿A qué teatristas recomendás conocer en tu región y por qué?
Es muy interesante el camino que están haciendo Sebastián Fanello, Carlos Barro y Pablo Todero, los tres buscando y encontrando desde hace varios años un teatro propio, personal. Dos nuevas dramaturgas y directoras a quienes quiero y admiro son Fernanda Marino y Silvana Feliziani, quienes están haciendo sus primeros pasos, firmes y seguros en el ambiente.
5. ¿Qué le sobra y qué le falta al teatro de tu región?
Creo, y esta es una opinión absolutamente personal, que nos sobran dos o tres “teóricos” del teatro: gente que se supone “colega” que no produce hace años un hecho teatral, pero que le encanta opinar sobre el trabajo de los demás, incluso cuando uno nunca le pida su opinión.
Nos falta mucho apoyo del estado, a la hora de sostener los espacios culturales, pero también en lo relativo a la producción teatral. No tenemos una sala de teatro municipal, a pesar de ser la ciudad más grande de la Patagonia. A pesar de eso, sobrevivimos siete salas de teatro independientes, que son autogestionadas y sostenidas por los propios artistas.
6. Para vos, ¿qué es la felicidad en el plano artístico?
Cuando una obra llega a ese punto donde no es necesaria mi presencia en la sala. Cuando siento que mi trabajo está terminado. Pero también, y paradójicamente, en ese primer ensayo, esa primera lectura, ese comienzo cuando todo está por descubrirse.
7. ¿Hacia dónde creés que se encamina el teatro en Argentina?
Hacia donde decidamos llevarlo los argentinos. Tenemos uno de los mejores teatros del mundo, podemos hacer lo que querramos con él.-
8. ¿Qué te apasiona cuando vas al teatro?¿Qué actrices y actores te deslumbraron sobre el escenario?
Me gusta la completitud, el conjunto, cuando TODOS los elementos de la obra se conjugan para conmover, divertir, impactar. No soy muy amigo de las “grandes actuaciones”, cuando el texto o la puesta no están a la altura. Me encanta cuando todo lo que veo en escena me transporta, me hace olvidar que soy un teatrero.
Si tengo que elegir, un ejemplo reciente fue El loco y la camisa, de Banfield Ensamble, que pasaron por Neuquén el año pasado. Una obra impresionante, con actuaciones absolutamente creíbles y desgarradoras. También me recuerdo espectador maravillado con la actuación de María Rosa Gallo en Tres mujeres altas de Albee y Alejandro Urdapilleta haciendo Rey Lear en el San Martin, y, a pesar de sus limitaciones físicas y vocales, un momento emocionante fue ver a Pepe Cibrian Campoy en Priscila,la reina del desierto, una composición magistral. -
9. ¿Nos mandás una foto de algún objeto de tu casa que remita a las artes escénicas?
10. Si pudieses tener un encuentro con un/a teatrista de cualquier tiempo y lugar ¿a quién elegirías?
William Shakespeare. Lo invitaría a mis estreno de Romeo y Julieta. Y después a tomar una cerveza. -
Más info en: http://gustavolioy.blogspot.com.ar/